El recuerdo que me llevo de las casi cuatro semanas que pasé en Cangallo es el de una experiencia única que nunca olvidaré, rodeado de gentes y paisajes auténticamente andinos. Es un viaje al pasado, de tradiciones y mitos, de la lucha por la subsistencia, de modos de vida primitivos para cualquiera que venga de fuera. Y ante todo, real como la vida misma.
Se me quedan grabados un sinfín de detalles. La convivencia en una casa de adobe, sin agua potable y electricidad muy limitada, donde la papa y el arroz son el menú diario para toda esa gente; las celebraciones religiosas en qechua que terminan con arpa y violín a golpe de chicha; el taller de tejedores de Chuschi, el de avicultores de Ñuñuhuaycco o el de talladores de piedra de Chacoya; la inocencia de la gente llamándome "padresito"; la mezcla de pena y ternura cuando me preguntan cuántas horas se tardan en carro desde Cangallo hasta España.
Hubo un incidente con la cámara que me deja un sabor agridulce, por el que sufrí mucho y me esforcé aún más por solucionar, y que prefiero ya no recordar más. Para el Padre Emilio y para todos los que me acogieron (Lorena, Lupe, Janet, Jorge, las hermanas mercedarias, los nativos que de un modo u otro hicieron que esta experiencia fuera hermosa), mi cariño y agradecimiento. Ha sido una bonita lección de vida.
Filmando en los AndesSe me quedan grabados un sinfín de detalles. La convivencia en una casa de adobe, sin agua potable y electricidad muy limitada, donde la papa y el arroz son el menú diario para toda esa gente; las celebraciones religiosas en qechua que terminan con arpa y violín a golpe de chicha; el taller de tejedores de Chuschi, el de avicultores de Ñuñuhuaycco o el de talladores de piedra de Chacoya; la inocencia de la gente llamándome "padresito"; la mezcla de pena y ternura cuando me preguntan cuántas horas se tardan en carro desde Cangallo hasta España.
Hubo un incidente con la cámara que me deja un sabor agridulce, por el que sufrí mucho y me esforcé aún más por solucionar, y que prefiero ya no recordar más. Para el Padre Emilio y para todos los que me acogieron (Lorena, Lupe, Janet, Jorge, las hermanas mercedarias, los nativos que de un modo u otro hicieron que esta experiencia fuera hermosa), mi cariño y agradecimiento. Ha sido una bonita lección de vida.
Las bodas de Los Morochucos
Tejedora de Chuschi
Tejedora de Chuschi
El taller de tejidos
sases me encanta las fotos k bueno han colgado se ven lindas.espero k cuelguen mas.bye
ResponderEliminarHolas
ResponderEliminarDe acuerdo con Alfredo en Pampa Cangallo, estoy preparando su pagina web para la Abeja Morochuca (http://abejamorochuca.over-blog.org) Estuve alla en junio-agosto de 2011, saqué algunas fotos, pero estoy buscando unas mas de ellos trabajando para completar la pagina.
Estarias de acuerdo para que pongamos unas tuyas ?
Raphaele
(http://ismaelita.over-blog.com)
Saludos Alberto. Mi madre era de Cangallo, asi como la gran mayoría de.mi familia. Me gusto mucho lo q cuentas de esa tierra linda. Voy para alla cada vez q viajo al Peru (vivo en Barcelona).
ResponderEliminarSaludos Alberto. Mi madre era de Cangallo, asi como la gran mayoría de.mi familia. Me gusto mucho lo q cuentas de esa tierra linda. Voy para alla cada vez q viajo al Peru (vivo en Barcelona).
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