lunes, 24 de agosto de 2009

Pollo y camping

En el albergue de La Paz conoci a Victor, un alicantino con ideas similares a las mias y que se convirtio en mi compañero de viaje en los sucesivos dias. Nuestra primera parada debia ser Sorata, un pueblo sumergido en un valle a unas cuatro horas de La Paz.

Llegamos al pueblo entrada la tarde y tal y como habiamos planeado buscamos un lugar para acampar por libre. El rio, unos 500 metros por debajo del pueblo, parecio la mejor opcion. Tuvimos las horas de luz justas para armar las carpas y para que, mientras Victor hacia un fuego, yo descuartizara un pollo y afilara un palo para ensartarlo y asarlo como pudieramos. A pesar de la precariedad de nuestros elementos y de algun que otro susto consecuencia de la oscuridad y el silencio reinantes, cenamos y dormimos como reyes.

A la mañana siguiente recogimos los bartulos para trepar hasta el pueblo y pasar la noche alli. Ni que decir tiene que subir esas pendientes con la mochila a la espalda y con falta de oxigeno es una tarea de titanes, asi que la posterior siesta en la pension no nos la quito nadie.

Preciosos los paisajes, suculento el menu y muy divertida la experiencia. Genial visitar Sorata.


Arguiñano, ¿tu como lo harias?

Dos barbudos

¡Eureka!

Se hace camino al andar

Nuestro campamento a la mañana siguiente

Carpas rojas = libertad

Bañarse aqui fue una mala idea

El Illampu cuidara de mi

Una mula alicantina

Mediodia en Sorata

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