Sin embargo, durante la visita al barrio de Santa Teresa he podido observar desde lejos estos micromundos, no muy diferentes desde fuera de las villas que ya conocí en Buenos Aires. Mientras mis compañeros y yo tomábamos estas fotos un par de chicos bajaron en moto desde las favelas para decirnos que no fuéramos allí. No me quedó claro si fue un consejo o una forma de prohibirnos la entrada en su territorio.
Si no fuera por la miseria que esconden se diría que hasta son bonitas.

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