lunes, 2 de febrero de 2009

Villa Miseria

Hasta ahora sólo había conocido la cara más "amable" de Soldati, la de las viviendas humildes pero aún así habitables. Hoy Paco me ha introducido al corazón de la Villa Miseria.

Ocho mil personas malviven en las peores condiciones en un barrio sin ley, ignorado por los políticos y lacrado por la droga. Ha sido una experiencia verdaderamente dura e impactante que me dejó sin palabras.

Me quedo con una imagen grabada en la retina, la de unos adolescentes completamente drogados, idos, como en otro mundo, flacos como perros. ¿Qué futuro pueden tener esos chicos? Una vez que se entra en ese círculo es imposible salir y el final suele ser el mismo en todos los casos. Ahí comprendí la encomiable labor que los MSC están llevando a cabo en este barrio, y tan poco reconocida.

Dejo estas fotos para que quienes me leeis seais partícipes como yo de esta realidad. Y para que como a mí, no os deje indiferentes.


Una vida entre escombros.

Hacen sus viviendas con cualquier material a su alcance.

Las calles de tierra, las casas ladrillo sobre ladrillo sin ningún tipo de orden ni planos.

Cualquier cosa puede servir, todo se amontona.

Vehículos destartalados. Cables por todas partes, así consiguen electricidad.

Columpios entre las chabolas.

Una calle cualquiera. Este tipo de viviendas son de las que mejor presencia tenían de entre las que vi.

El auténtico cáncer de este barrio. Con esto fuman la pasta base, el residuo de la preparación de cocaína. Matarlos es sólo cuestión de tiempo.

Esta es la realidad para los cientos de niños de la villa.

Se preparan para la foto de Paco.

Juegan descalzos sobre calles llenas de piedras, charcos, polvo y excrementos de perro.

Una niña preciosa nos mira desde el otro lado de la reja. Protegen sus casas a conciencia.

Un spray con espuma puede ser el mejor juguete.

Aprenden a ganarse la vida desde muy jóvenes. Estos chicos venden huevos y sandías en un carro.

Un nuevo amigo con toda la vida por delante.

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