sábado, 17 de enero de 2009

Las venas abiertas de América Latina

Mi viaje de conocimiento cultural y personal a través de Sudamérica comienza en Buenos Aires donde he sido cálidamente acogido por el Padre Paco Blanco (en adelante Paco), misionero del Sagrado Corazón, orden a la que perteneció mi tío Avelino Mallada.

Los misioneros llevan adelante desde hace 50 años la escuela de Nuestra Señora de Fátima que proporciona educación y alimentación a 2400 alumnos, niños y adultos, con recursos limitados o nulos. Se ofrecen turnos que van desde las 7,30 de la mañana a las 10,30 de la noche en algunos casos, y la matrícula cuesta unos 20 pesos por mes (unos 4,5 euros). La escuela se encuentra en fase de remodelación aprovechando el parón vacacional.

Buenos Aires es una ciudad con dos caras bien diferenciadas: la de la opulencia y el confort de las zonas céntricas y la de la miseria de los barrios marginales e inseguros. A estos últimos pertenece Soldati, donde me encuentro.

Soldati me ha recibido con una bofetada de realidad. El barrio es hogar de chorros (delincuentes) y cirujas o cartoneros (personas que rebuscan entre las basuras, ingiriendo los alimentos que encuentran y comercializando cartón, vidrios y metales ). A primera vista son evidentes las pobres condiciones de vida y el gran número de mujeres embarazadas, demostrando en palabras de Paco "la fuerza de la vida abriéndose camino". Vehículos abandonados, basuras, carromatos, viviendas en grave deterioro y perros callejeros completan el paisaje. El diario La Nación informaba de la apertura por parte de Mauricio Macri, gobernador de Buenos Aires y ex-presidente de Boca Juniors, de dos playas artificiales para el disfrute popular con un coste de 2,5 millones de pesos (unos 550.000 euros). La medida contrasta con lo que yo estoy experimentando a solo unos kilómetros y bajo el mismo gobierno.

Llego, además, a la Argentina en un periodo de inestabilidad debido a la sequía que asola el país, con miles de reses muertas y cultivos echados a perder. Hace un año que no llueve en Buenos Aires.

Mis primeras visiones de Sudamérica me han golpeado con dureza, ofreciéndome un pequeño, ínfimo esbozo de lo que este continente guarda. No todo será así pero por el momento ya he visto las venas abiertas de América Latina.

1 comentario:

  1. Precisamente estoy releyendo al señor Galeano estos días, cuando recibí tu email.

    Me alegro muchísimo de que el plan haya salido adelante y estés por ahí.

    PD: Que sepas que te estás perdiendo la mejor campaña del Barça en su historia. Si quieres te paso los DVDs cuando regreses ;-)

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